Se acerco y le pregunto porque estaba así.
Ella contesto que estaba destrozada. Que lo odiaba, que el amor había huido y que ya no quedaba ni un lugar en su corazón que le permitiera sentir de nuevo. Que tenía su alma echa pedazos.
- por eso mismo es que me doy cuenta de que aun lo amas con lo profundo de tu corazón.- le contesto muy segura. - piensas que
jamás volverás a amar, ni confiar en nadie, que vas a volverte fuerte.Pero no. Sabes muy bien que sus besos te hielan la sangre, y que no importa el paso del tiempo nada desaparecerá. Tu amor por él siempre fue infinito, puro. Un amor así, jamás desaparecerá. Y no digas que lo odias. No lo digas jamás, salvo el día en que un simple cruce de miradas no sea más que eso, que un adiós no sea causa de una dolorosa distancia, que sus palabras ya no estén grabadas en tu cabeza, que sus promesas no sean más que poesía barata. Quedaras exenta entonces, romperás con firmeza tu llanto y tu dolor.
Ese día sabrás que has dejado de amarlo.-
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